La cultura de hacer dieta logra colarse en la forma de pensar de nosotras las personas debido a que el marketing y años de este enfoque nos ha hecho creer que esta es la única salida que tenemos para perder peso. Hoy quiero hablarte sobre el Mindful Eating o Alimentación Consciente y las principales diferencias entre hacer “dieta” , así entenderás mejor esta nueva orientación.

En los últimos años el enfoque en la Atención Plena o Mindfulness ha ido acumulando investigaciones que prueban sus beneficios para ayudar a incorporar hábitos saludables a largo plazo. Quiero explicarte la razón del porque es tan popular los sistemas de perdida de peso:

El sobrepeso y la obesidad es un problema que ya ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren como mínimo 2.8 millones de personas a causa de la obesidad y sobrepeso. Los cuerpos de tamaños grandes se han llegado a ver como indeseables, produciendo una gran diversidad de enfoques para modificarlos.

La alimentación saludable se considera fundamental para el éxito en el logro y mantenimiento de la salud y apoya la regulación del peso corporal.

Aunque debemos tener claro que las recomendaciones específicas varían para cada tipo de persona. Comer de manera saludable no necesariamente significa llevar una dieta estricta, tiende a confundirse, pero definitivamente no es así.

Los enfoques más tradicionales para perder peso implican una alimentación limitada, el etiquetado de los alimentos como “buenos” o “malos” e indicaciones de cuándo y cuánto se debe comer (inicialmente estas indicaciones son útiles cuando se tienen muy malos hábitos, ciertas condiciones de salud y para empezar a reconectar con la sabiduría interna del cuerpo, pero sin acercarse a la obsesión y haciendo la transición a lo que el cuerpo va indicando).

La investigación evidencia que una alimentación muy restrictiva no mantiene el peso reducido a largo plazo y que las personas recuperan el peso perdido.

¿Qué sientes cuando escuchas la palabra “dieta”?

En muchas personas el simple echo de escuchar esta palabra evoca sentimientos poderosos y lastimosamente la mayoría desagradables. Restricción, culpa, frustración son impresiones derivadas de procesos fallidos y estas emociones pueden llevar a las personas a situarse en la posición opuesta a la que desean y en un ciclo donde se les dificulta salir.

Es aquí donde comer con atención plena, Alimentación Consciente o Mindful Eating se ha convertido en una excelente alternativa para que las personas incorporen hábitos saludables y controlen su peso corporal. Las investigaciones son muy esperanzadoras en los beneficios que proporciona que las personas se empoderen de su propia salud.

Un nuevo paradigma se abre camino y es el de dejar de hacer dieta para conectarse nuevamente con el propio cuerpo y autoregular la ingesta en base a las señales internas. Este es el paradigma de la “no dieta” o “alimentación intuitiva”. El cual esta basado en que todas las personas tenemos la capacidad de regular nuestro peso cuando somos capaces de reconectarnos con las señales de plenitud, saciedad, hambre, satisfacción y de reconocer cuando ya no disfrutamos de la comida. Esta capacidad se pierde por patrones aprendidos o causas emocionales.

Las dietas por lo general tienen en común que las reglas están totalmente separadas de las experiencias de la persona, indican cuando, como y qué debería comer una persona, a pesar de que existan otras necesidades físicas y psicológicas, emociones y deseos. Por lo que los regímenes muy estrictos solo pueden seguirse por un tiempo determinado y no a largo plazo.

Si regresamos a lo básico, necesitamos comida para vivir, desarrollamos un sistema para garantizar que obtengamos lo que se requiere para la supervivencia, pero ciertas dietas pretenden que se ignore este sistema con amplias consecuencias físicas y emocionales.

La respuesta fisiológica normal al hambre excesiva es que la persona se ve atraída a comida muy calórica y tiende a comer rápidamente lo que hace que se coma mas de lo que se necesita, se dan sentimientos de culpa generando que se haga más “dieta”, hambre y probables recaídas con excesos de consumo de alimentos y por consiguiente aumento de peso. Lo que nos lleva a un ciclo

Con la alimentación consciente utilizamos el cuerpo como guía para que nos indique cuando, qué y cuanto comer. Cuando el cuerpo es apoya es muy capaz de decirnos lo que necesita para estar bien.

Cuando estamos bien y sanos el cuerpo gravita a su lugar natural. Este punto de equilibrio es distinto para cada persona, pero en la sociedad actual el prejuicio con el peso es desenfrenado y nos lleva a ideas de peso que nada tienen que ver con la realidad.  

La alimentación consciente es un componente clave que nos invita a alejarnos de las obsesiones en torno a la alimentación y el peso para vivir una vida plena enfocada en lo realmente importante en vez de cuantas calorías se ha consumido o el peso que indica una balanza.

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